17 de agosto de 1832.
Documento que menciona al licenciado Juan Nepomuceno Mier y Altamirano en los archicvos del Banco de Avío en el Archivo General de la Nación.
Circular impresa de Rafael Mangino, secretario de Hacienda, a Rafael Riestra, notificando que los
decomisos dispuestos para destinarse al fomento de la industria, según la ley del 31 de marzo de 1831, no corresponden al Banco de Avío. Acuses de recibo firmados por Ramón Ruiz, Juzgado de Distrito de
Veracruz; Ramón Huarte, comisario General de Michoacán; Juan Nepomuceno Mier y Altamirano, juez de distrito de San Luis Potosí y Juan José García, comisario general de Querétaro .
decomisos dispuestos para destinarse al fomento de la industria, según la ley del 31 de marzo de 1831, no corresponden al Banco de Avío. Acuses de recibo firmados por Ramón Ruiz, Juzgado de Distrito de
Veracruz; Ramón Huarte, comisario General de Michoacán; Juan Nepomuceno Mier y Altamirano, juez de distrito de San Luis Potosí y Juan José García, comisario general de Querétaro .
- Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / Título: Banco de Avío (158).
- Caja: 4
- Expediente: 210
- Signatura: 42549/20
- Fecha Inicial: 17/Agosto/1832
- Fecha final: 25/Agosto/1832
- Volumen y soporte: 12 fojas
- Alcance y Contenido: Circular impresa de Rafael Mangino, secretario de Hacienda, a Rafael Riestra, notificando que los decomisos dispuestos para destinarse al fomento de la industria según la ley del 31 de marzo de 1831, no corresponden al Banco de Avío. Acuses de recibo firmados por Ramón Ruiz, Juzgado de Distrito de Veracruz; Ramón Huarte, comisario General de Michoacán; Juan Nepomuceno Mier y Altamirano, juez deDistrito de San Luis Potosí y Juan José García, comisariogeneral de Querétaro. México.
Fuente: Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / Título: Banco de Avío (158). Dirección del Archivo Histórico Central. Departamento de Organización y Descripción Documental. Banco de Avío (GD 158). Tomado el 19 de enero de 2023 de: https://archivos.gob.mx/InstrumentosConsulta/pdf/002MexicoIndependiente/006BancodeAvio.pdf
Nota:
«Por ley de 16 de octubre de 1830 se estableció un Banco de Avío, cuya finalidad era el fomento de la industria nacional. Surgió con un capital de un millón de pesos. Decía el artículo 2º: ``Para la formación de este capital se prorroga por el tiempo necesario, y no más, el permiso para la entrada en los puertos de la República de los géneros de algodón, prohibidos por la ley de 22 de mayo del año anterior``. Para la correcta dirección y administración de sus fondos se estableció una junta presidida por el Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones, integrándose además por un vicepresidente, dos vocales, un secretario y dos escribientes. Aunque en la génesis de la idea que dió origen a esta institución participó D. José Manuel Payno, el propulsor de ella fue D. Lucas Alamán, cerebro de la administración del Presidente Bustamante. El propósito fue introducir en el país la tecnología industrial que empezaba a desarrollarse en Europa y en otras partes a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Se tenía el interés de incrementar, a través del Estado, la evolución industrial. Manejó también los impuestos aduanales. Desde luego que la industria que tenía el Banco a la vista fue la textil. Frente a la política proteccionista de la administración del Gral. Guerrero, surgió otra, de aparente libre cambio, al mismo tiempo que de intervencionismo estatal. Por otra parte, no se estudiaron suficientemente las condiciones sociales y políticas del país, por lo que el éxito no fue el que esperaron sus autores. Se establecieron algunas fábricas, pero mucha maquinaria se perdió, ya que su misma transportación, en un país que carecía de ferrocarriles, resultó demasiado cara. A partir de 1840, el Banco de Avío ya no tuvo la capacidad monetaria para seguir proveyendo de capital a la industria, aún así, durante dos años más continuó existiendo una iniciativa para traspasar sus recursos y facultades a otras instrucciones, ésta fue instaurada por el vicepresidente de la Junta don Miguel Barreiro, quien a principios de 1841 propuso a la Cámara de Diputados que el Banco de Avío se fusionara con el Banco Nacional de Amortización de la Moneda de Cobre para formar una nueva institución bajo el nombre de Banco del Crédito Público, el plan no funcionó y de él se desprendió otra licitación proveniente de una asociación de fabricantes, la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional, conocida comúnmente como Junta de Industria, sin embargo, Santa Anna y su administración tenían planes propios, por lo que en 1842 inició el remate de la cartera de préstamos del Banco. El dinero de la enajenación ingresó a la Tesorería General de la Nación y el 23 de septiembre del año citado, el General aludido expidió el decreto de disolución de esta institución». BIBLIOGRAFÍA Potash, Robert A., El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846, México, FCE, (Sección de Obras de Economía), 1959, 281 pp. Memoria Presentada al Congreso de la Unión por el Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Colonización, Industria y Comercio de la República Mexicana, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1887. Otras fuentes: Potash, Robert A. El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846. México: FCE., 1959. 281 p. (Sección de Obras de Economía). - Sánchez Flores, Ramón. Historia de la Tecnología y la Invención de México. México. Fomento Cultural Banamex A.C., 1980. 644 pp. Tomado el 19 de enero de 2023 de: Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / https://archivos.gob.mx/guiageneral/
«Por ley de 16 de octubre de 1830 se estableció un Banco de Avío, cuya finalidad era el fomento de la industria nacional. Surgió con un capital de un millón de pesos. Decía el artículo 2º: ``Para la formación de este capital se prorroga por el tiempo necesario, y no más, el permiso para la entrada en los puertos de la República de los géneros de algodón, prohibidos por la ley de 22 de mayo del año anterior``. Para la correcta dirección y administración de sus fondos se estableció una junta presidida por el Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones, integrándose además por un vicepresidente, dos vocales, un secretario y dos escribientes. Aunque en la génesis de la idea que dió origen a esta institución participó D. José Manuel Payno, el propulsor de ella fue D. Lucas Alamán, cerebro de la administración del Presidente Bustamante. El propósito fue introducir en el país la tecnología industrial que empezaba a desarrollarse en Europa y en otras partes a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Se tenía el interés de incrementar, a través del Estado, la evolución industrial. Manejó también los impuestos aduanales. Desde luego que la industria que tenía el Banco a la vista fue la textil. Frente a la política proteccionista de la administración del Gral. Guerrero, surgió otra, de aparente libre cambio, al mismo tiempo que de intervencionismo estatal. Por otra parte, no se estudiaron suficientemente las condiciones sociales y políticas del país, por lo que el éxito no fue el que esperaron sus autores. Se establecieron algunas fábricas, pero mucha maquinaria se perdió, ya que su misma transportación, en un país que carecía de ferrocarriles, resultó demasiado cara. A partir de 1840, el Banco de Avío ya no tuvo la capacidad monetaria para seguir proveyendo de capital a la industria, aún así, durante dos años más continuó existiendo una iniciativa para traspasar sus recursos y facultades a otras instrucciones, ésta fue instaurada por el vicepresidente de la Junta don Miguel Barreiro, quien a principios de 1841 propuso a la Cámara de Diputados que el Banco de Avío se fusionara con el Banco Nacional de Amortización de la Moneda de Cobre para formar una nueva institución bajo el nombre de Banco del Crédito Público, el plan no funcionó y de él se desprendió otra licitación proveniente de una asociación de fabricantes, la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional, conocida comúnmente como Junta de Industria, sin embargo, Santa Anna y su administración tenían planes propios, por lo que en 1842 inició el remate de la cartera de préstamos del Banco. El dinero de la enajenación ingresó a la Tesorería General de la Nación y el 23 de septiembre del año citado, el General aludido expidió el decreto de disolución de esta institución». BIBLIOGRAFÍA Potash, Robert A., El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846, México, FCE, (Sección de Obras de Economía), 1959, 281 pp. Memoria Presentada al Congreso de la Unión por el Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Colonización, Industria y Comercio de la República Mexicana, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1887. Otras fuentes: Potash, Robert A. El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846. México: FCE., 1959. 281 p. (Sección de Obras de Economía). - Sánchez Flores, Ramón. Historia de la Tecnología y la Invención de México. México. Fomento Cultural Banamex A.C., 1980. 644 pp. Tomado el 19 de enero de 2023 de: Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / https://archivos.gob.mx/guiageneral/
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