El excelentísimo señor vice presidente ha nombrado agente fiscal del juzgado de circuito, residente en esta capital, al licenciado don Manuel Barrera y Troncoso, oficial mayor de una de las secretarías de la alta corte de justicia. La terna era compuesta por los señores Altamirano, Piña y Barrera, presentados en el orden que expresamos.
sábado, 5 de agosto de 2023
12 de abril de 1834. El Fénix de la Libertad informa que el Lic. Mier y Altamirano no ganó el puesto de agente fiscal del juzgado de México, pues el nombrado fue Manuel Barrera y Troncoso.
27 de enero de 1834. Nota sobre Juan Nepomuceno Mier y Altamirano como parte de la terna para ocupar el puesto en la promotoría fiscal de México.
27 de enero de 1834. El periódico El Fénix de la Libertad, de la ciudad de México, publica una nota que indica al licenciado Juan Nepomuceno Mier y Altamirano como parte de la terna de candidatos para de la promotoría fiscal de México. Inclusive, el periódico señala que, por trabajar fuera de la ciudad de México (de hecho, en San Luis Potosí), el licenciado Altamirano era quien tenía menos protectores o personas que lo apoyaran para el conseguir el cargo. La nota indica lo siguiente:
Ha más de quince días que la corte de justicia presentó al supremo gobierno la terna correspondiente para la provisión de la promotoría fiscal que se halla vacante en esta ciudad: los propuestos son los licenciados Altamirano, Peña y Barrera, la plaza aún no se provee: los empeños que interponen los interesados son muchos, y los «servicios de algunos padrinos» notorios. El propuesto en primer lugar, y que está fuera de México, es el que tiene menos protectores, ¿cuál será el que tenga más merecimientos? La opinión pública lo dirá.
Fuente: El Fénix de la Libertad. https://hndm.iib.unam.mx/consulta/resultados/visualizar/558a37e27d1ed64f16dfbc2e?resultado=1&tipo=pagina&intPagina=4&palabras=altamirano .
Nota sobre Juan Nepomuceno Mier y Altamirano como parte de la terna para ocupar el puesto en la promotoría fiscal de México |
jueves, 16 de marzo de 2023
14 de junio de 1823. Relación de los méritos literarios y políticos del Lic. Juan Nepomuceno Mier y Altamirano. Documento firmado por José Domingo Laso de la Vega.
14 (¿o 24?) de junio de 1823. Documento con relación de los méritos literarios y politicos del licenciado Juan Nepomuceno Mier y Altamirano, firmado por el licenciado José Domingo Laso de la Vega, rector del Ilustre Colegio de Abogados.
Relacion de los méritos literarios y politicos del Lic. Juan Nepomuceno Mier y Altamirano acreditados con respectivos documentos fehacientes que paran en poder del Sr. Rector del Ilustre Colegio de Abogados quien certificará al calce de ella y los manifestara si fuere necesario
Cursó la filosofía en el Colegio de San Francisco Xavier de la Ciudad de Querétaro, habiendo sustentado dos actos públicos y una academia, según la costumbre de dicho colegio, mereciendo que en la solemne distribución de lugares lo honrase su maestro con el primero. Se graduó en artes en esta Pontificia Universidad y salió aprobado para estudiar cualquier facultad. Pasó después a estudiar jurisprudencia al Colegio Seminario de esta corte, donde obtuvo las más honorificas calificaciones en los empeñosos exámenes anuales que hace dicho Seminario. Se le señaló para competir y sustentar los actos menor y mayor del estatuto del mismo colegio, el que le franqueó las expensas de dichas funciones literarias de sus propios fondos, y al fin tuvo el honor de que se le asignase el primer premio de cánones, que recibió de mano del ilustrísimo señor arzobispo Lizana, el año de 1803. Graduado en cánones, comenzó la pasantía de leyes en el estudio del licenciado don José Domingo Laso de la Vega, rector del Ilustre Colegio de Abogados y, concluido el término, entró a examen de este mismo colegio, habiendo sido aprobado con todos los votos nemine discrepante y, a consecuencia, se recibió de abogado por la excelentísima audiencia territorial de esta corte el año de 1809. Se trasladó en aquel tiempo a la ciudad de Querétaro a ejercer su profesión, desempeñando con el mayor honor y actividad los muchos y delicados negocios que se le confiaron, ya en calidad de patrono ya de asesor, despachando asimismo multitud de causas de oficio de que se hallaban recargados aquellos juzgados, sin que jamás se le hubiera hecho el más mínimo reclamo ni por los mismos tribunales ni por los superiores.
En cuanto a los sentimientos de patriotismo, amor a la independencia, y servicios hechos en favor de la causa publica y de la libertad, bastará decir que mereció la mayor confianza y el más alto concepto de uno de los primeros héroes (el señor don Ignacio Allende), quien le instaba formase un plan de independencia, y lo pusiese a él en acción para la misma empresa, como se percibe de una carta escrita y firmada del puño del mismo general, con fecha de 16 de noviembre 1809, que para en poder del mismo licenciado Mier y Altamirano. Bastará insinuar que fue una de las primeras víctimas del despotismo, pues casi a la hora misma en que los señores Hidalgo y el mencionado Allende daban el grito de libertad, el memorable día 16 de setiembre del año de 1810, en el pueblo de Dolores, fue conducido a la prisión, en la misma ciudad de Querétaro, con otros vecinos honrados, entre ellos el excelentísimo señor Domínguez, su corregidor entonces y actualmente miembro del Supremo Poder Ejecutivo, por haber tenido participio en los planes de independencia que habían formado aquellos desgraciados caudillos.
Establecido el sistema constitucional el año de 1813, fue electo (por) la primera vez regidor de aquel ayuntamiento y, aunque el gobierno antiguo por un rasgo de su arbitrariedad anuló entonces todas las elecciones que constituyeron dicho cuerpo, al siguiente año con arreglo al método constitucional fue (por) segunda vez colocado en el número de los regidores de la propia corporación, y pocos días después fue electo diputado suplente para las Cortes de España. En ese mismo año, fue propuesto para juez de letras del partido de la repetida ciudad, y se le confiaron varias y delicadas comisiones, entre ellas el arreglo de las escuelas públicas y la formación de nuevas ordenanzas de cabildo. Luego que resonó en aquella provincia la voz de independencia pronunciada en Iguala, redobló todos sus esfuerzos para uniformar la opinión de sus conciudadanos sobre un objeto tan importante: hizo circular la obra del célebre Pradt, muy rara entonces y que había procurado adquirir anticipadamente. Después que se organizó el gobierno, y expidió su convocatoria la junta provisional gubernativa para la elección de ayuntamientos y diputados del congreso, fue electo (por) cuarta vez regidor decano del ayuntamiento de la misma ciudad de Querétaro, y poco después diputado suplente del Soberano Congreso Constituyente Mexicano. En todo el tiempo corrido desde entonces hasta fines del próximo pasado año, casi no ha cesado de turnar en las varas de alcalde de 1a, 2a, y 3a elección, por ausencia o impedimento de los propietarios, y con grave perjuicio de sus personales intereses, por haberse embarazado con atenciones y frecuentes asistencias a cabildo el despacho y giro de sus negocios.
Me constan los precedentes méritos del licenciado don Juan Nepomuceno Mier y Altamirano los unos por documentos que he visto, y paran en mi poder, y otros porque los he presenciado. México, 14 de junio de 1823.
Jose Domingo Laso de la Vega.
martes, 31 de enero de 2023
21 de noviembre de 1823. Oficio del presidente de la Diputación Provincial de Querétaro sobre los problemas para pagar las dietas de los diputados Osores y Mier y Altamirano.
Excelentísimo Señor ministro de Estado y del despacho de Relaciones interiores y exteriores don Lucas Alamán.
Excelentísimo Señor:
Cuando el ex emperador arbitraria y despóticamente disolvió el anterior Soberano Congreso nacional fue privado de ejercer sus funciones el representante por esta Provincia doctor don Félix de Osores, quien jamás desmereció su confianza; y el mismo gobierno entonces mandó al licenciado don Juan Nepomuceno Mier y Altamirano que como vocal supletorio marchase a ocupar el puesto del propietario en la Junta que se denominó Instituyente.Bien ve Vuestra Excelencia que ni uno ni otro individuos tuvieron culpa, pues el 1° fue arrebatado del santuario de las leyes, y el 2° compelido a funcionar en lugar de aquél. Por consiguiente ambos parece tienen un derecho para reclamar sus dietas.Sin embargo, esta Provincia sólo tenía obligación de mantener un diputado; y es muy duro gravar a un público que se halla en la miseria por el sostenimiento de dos, siendo víctima de la arbitrariedad de un gobierno que felizmente fue sustituido por otro verdaderamente paternal que se goza en respetar los derechos de los pueblos.Los de esta Provincia o uno de aquellos dos diputados deben lastar los costos de mantención del suplente, agregándose los viáticos con que fue socorrido; y así esta Diputación, dudosa del partido que debe tomar, se toma la libertad de elevar esta consulta al supremo gobierno para que Su Alteza Serenísima resuelva lo conveniente, y por el ilustrado conducto de Vuestra Excelencia se sirva comunicar a esta junta su decisión para los efectos consiguientes.Dios y Libertad. Querétaro, noviembre 21 de 1823.Excelentísimo Señor.José Joaquín del Calvo. Nicolás María de Berazaluce, secretario.Secretaría de la Diputación Provincial de Querétaro.
jueves, 19 de enero de 2023
1 de septiembre de 1839. Oficio de Luis Gonzaga Cuevas, ministro de lo interior, que autoriza la participación de un asesor legal en el Banco de Avío y nombra a Juan Mier y Altamirano.
1 de septiembre de 1839.
- Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / Título: Banco de Avío (158).
- Caja: 4
- Expediente: 234
- Signatura: 42549/44
- Fecha Inicial: 01/Septiembre/1839
- Fecha final: 17/Diciembre/1839
- Volumen y soporte: 6 fojas
- Alcance y Contenido: Oficio de Luis Gonzaga Cuevas, ministro de lo Interior, a Mariano Marín, vicepresidente del Banco de Avío, trasladando el dictamen del Consejo de Gobierno, que autoriza la participación de un asesor legal en los litigios del Banco de Avío, nombrando a Juan Mier y Altamirano para que funja en el puesto, así como del aumento a cincuenta pesos de sus asignaciones. México.
«Por ley de 16 de octubre de 1830 se estableció un Banco de Avío, cuya finalidad era el fomento de la industria nacional. Surgió con un capital de un millón de pesos. Decía el artículo 2º: ``Para la formación de este capital se prorroga por el tiempo necesario, y no más, el permiso para la entrada en los puertos de la República de los géneros de algodón, prohibidos por la ley de 22 de mayo del año anterior``. Para la correcta dirección y administración de sus fondos se estableció una junta presidida por el Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones, integrándose además por un vicepresidente, dos vocales, un secretario y dos escribientes. Aunque en la génesis de la idea que dió origen a esta institución participó D. José Manuel Payno, el propulsor de ella fue D. Lucas Alamán, cerebro de la administración del Presidente Bustamante. El propósito fue introducir en el país la tecnología industrial que empezaba a desarrollarse en Europa y en otras partes a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Se tenía el interés de incrementar, a través del Estado, la evolución industrial. Manejó también los impuestos aduanales. Desde luego que la industria que tenía el Banco a la vista fue la textil. Frente a la política proteccionista de la administración del Gral. Guerrero, surgió otra, de aparente libre cambio, al mismo tiempo que de intervencionismo estatal. Por otra parte, no se estudiaron suficientemente las condiciones sociales y políticas del país, por lo que el éxito no fue el que esperaron sus autores. Se establecieron algunas fábricas, pero mucha maquinaria se perdió, ya que su misma transportación, en un país que carecía de ferrocarriles, resultó demasiado cara. A partir de 1840, el Banco de Avío ya no tuvo la capacidad monetaria para seguir proveyendo de capital a la industria, aún así, durante dos años más continuó existiendo una iniciativa para traspasar sus recursos y facultades a otras instrucciones, ésta fue instaurada por el vicepresidente de la Junta don Miguel Barreiro, quien a principios de 1841 propuso a la Cámara de Diputados que el Banco de Avío se fusionara con el Banco Nacional de Amortización de la Moneda de Cobre para formar una nueva institución bajo el nombre de Banco del Crédito Público, el plan no funcionó y de él se desprendió otra licitación proveniente de una asociación de fabricantes, la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional, conocida comúnmente como Junta de Industria, sin embargo, Santa Anna y su administración tenían planes propios, por lo que en 1842 inició el remate de la cartera de préstamos del Banco. El dinero de la enajenación ingresó a la Tesorería General de la Nación y el 23 de septiembre del año citado, el General aludido expidió el decreto de disolución de esta institución». BIBLIOGRAFÍA Potash, Robert A., El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846, México, FCE, (Sección de Obras de Economía), 1959, 281 pp. Memoria Presentada al Congreso de la Unión por el Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Colonización, Industria y Comercio de la República Mexicana, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1887. Otras fuentes: Potash, Robert A. El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846. México: FCE., 1959. 281 p. (Sección de Obras de Economía). - Sánchez Flores, Ramón. Historia de la Tecnología y la Invención de México. México. Fomento Cultural Banamex A.C., 1980. 644 pp. Tomado el 19 de enero de 2023 de: Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / https://archivos.gob.mx/guiageneral/
9 de agosto de 1839. Nota de agradecimiento de Juan Mier y Altamirano a José Mariano, vicepresidente del Banco de Avío, e indicación de que fue nombrado juez interino de la Suprema Corte de Justicia.
9 de agosto de 1839.
- Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / Título: Banco de Avío (158).
- Caja: 4
- Expediente: 232
- Signatura: 42549/42
- Fecha Inicial: 09/Agosto/1839
- Fecha final: 29/Noviembre/1839
- Volumen y soporte: 3 fojas.
- Alcance y Contenido: Nota de Juan Mier y Altamirano a José Mariano, vicepresidente del Banco de Avío, en el que agradece la asignación de cincuenta pesos que le fue concedida por ese establecimiento, como gratificación de sus funciones de asesor. De igual manera informa que no le es posiblecontinuar con sus funciones de asesor legal del Banco debido a que fue nombrado juez interino de distrito por la Suprema Corte de Justicia. México.
«Por ley de 16 de octubre de 1830 se estableció un Banco de Avío, cuya finalidad era el fomento de la industria nacional. Surgió con un capital de un millón de pesos. Decía el artículo 2º: ``Para la formación de este capital se prorroga por el tiempo necesario, y no más, el permiso para la entrada en los puertos de la República de los géneros de algodón, prohibidos por la ley de 22 de mayo del año anterior``. Para la correcta dirección y administración de sus fondos se estableció una junta presidida por el Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones, integrándose además por un vicepresidente, dos vocales, un secretario y dos escribientes. Aunque en la génesis de la idea que dió origen a esta institución participó D. José Manuel Payno, el propulsor de ella fue D. Lucas Alamán, cerebro de la administración del Presidente Bustamante. El propósito fue introducir en el país la tecnología industrial que empezaba a desarrollarse en Europa y en otras partes a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Se tenía el interés de incrementar, a través del Estado, la evolución industrial. Manejó también los impuestos aduanales. Desde luego que la industria que tenía el Banco a la vista fue la textil. Frente a la política proteccionista de la administración del Gral. Guerrero, surgió otra, de aparente libre cambio, al mismo tiempo que de intervencionismo estatal. Por otra parte, no se estudiaron suficientemente las condiciones sociales y políticas del país, por lo que el éxito no fue el que esperaron sus autores. Se establecieron algunas fábricas, pero mucha maquinaria se perdió, ya que su misma transportación, en un país que carecía de ferrocarriles, resultó demasiado cara. A partir de 1840, el Banco de Avío ya no tuvo la capacidad monetaria para seguir proveyendo de capital a la industria, aún así, durante dos años más continuó existiendo una iniciativa para traspasar sus recursos y facultades a otras instrucciones, ésta fue instaurada por el vicepresidente de la Junta don Miguel Barreiro, quien a principios de 1841 propuso a la Cámara de Diputados que el Banco de Avío se fusionara con el Banco Nacional de Amortización de la Moneda de Cobre para formar una nueva institución bajo el nombre de Banco del Crédito Público, el plan no funcionó y de él se desprendió otra licitación proveniente de una asociación de fabricantes, la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional, conocida comúnmente como Junta de Industria, sin embargo, Santa Anna y su administración tenían planes propios, por lo que en 1842 inició el remate de la cartera de préstamos del Banco. El dinero de la enajenación ingresó a la Tesorería General de la Nación y el 23 de septiembre del año citado, el General aludido expidió el decreto de disolución de esta institución». BIBLIOGRAFÍA Potash, Robert A., El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846, México, FCE, (Sección de Obras de Economía), 1959, 281 pp. Memoria Presentada al Congreso de la Unión por el Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Colonización, Industria y Comercio de la República Mexicana, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1887. Otras fuentes: Potash, Robert A. El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846. México: FCE., 1959. 281 p. (Sección de Obras de Economía). - Sánchez Flores, Ramón. Historia de la Tecnología y la Invención de México. México. Fomento Cultural Banamex A.C., 1980. 644 pp. Tomado el 19 de enero de 2023 de: Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / https://archivos.gob.mx/guiageneral/
26 de agosto de 1837. Informe de Juan Mier y Altamirano, promotor fiscal de Hacienda, sobre la asignación como asociado de la junta directiva del Banco de Avío, y nombramiento como asesor de la misma.
26 de agosto de 1937.
- Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / Título: Banco de Avío (158).
- Caja: 4
- Expediente: 231
- Signatura: 442549/41
- Fecha Inicial: 26/Agosto/1837
- Fecha final: 15/Enero/1842
- Volumen y soporte: 11 fojas
- Alcance y Contenido: Informe de Juan Mier y Altamirano, promotor fiscal de Hacienda, sobre la asignación de 25 pesos mensuales como asociado de la junta directiva y nombramiento como asesor de la misma con 50 pesos mensuales. México.
Nota:
«Por ley de 16 de octubre de 1830 se estableció un Banco de Avío, cuya finalidad era el fomento de la industria nacional. Surgió con un capital de un millón de pesos. Decía el artículo 2º: ``Para la formación de este capital se prorroga por el tiempo necesario, y no más, el permiso para la entrada en los puertos de la República de los géneros de algodón, prohibidos por la ley de 22 de mayo del año anterior``. Para la correcta dirección y administración de sus fondos se estableció una junta presidida por el Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones, integrándose además por un vicepresidente, dos vocales, un secretario y dos escribientes. Aunque en la génesis de la idea que dió origen a esta institución participó D. José Manuel Payno, el propulsor de ella fue D. Lucas Alamán, cerebro de la administración del Presidente Bustamante. El propósito fue introducir en el país la tecnología industrial que empezaba a desarrollarse en Europa y en otras partes a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Se tenía el interés de incrementar, a través del Estado, la evolución industrial. Manejó también los impuestos aduanales. Desde luego que la industria que tenía el Banco a la vista fue la textil. Frente a la política proteccionista de la administración del Gral. Guerrero, surgió otra, de aparente libre cambio, al mismo tiempo que de intervencionismo estatal. Por otra parte, no se estudiaron suficientemente las condiciones sociales y políticas del país, por lo que el éxito no fue el que esperaron sus autores. Se establecieron algunas fábricas, pero mucha maquinaria se perdió, ya que su misma transportación, en un país que carecía de ferrocarriles, resultó demasiado cara. A partir de 1840, el Banco de Avío ya no tuvo la capacidad monetaria para seguir proveyendo de capital a la industria, aún así, durante dos años más continuó existiendo una iniciativa para traspasar sus recursos y facultades a otras instrucciones, ésta fue instaurada por el vicepresidente de la Junta don Miguel Barreiro, quien a principios de 1841 propuso a la Cámara de Diputados que el Banco de Avío se fusionara con el Banco Nacional de Amortización de la Moneda de Cobre para formar una nueva institución bajo el nombre de Banco del Crédito Público, el plan no funcionó y de él se desprendió otra licitación proveniente de una asociación de fabricantes, la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional, conocida comúnmente como Junta de Industria, sin embargo, Santa Anna y su administración tenían planes propios, por lo que en 1842 inició el remate de la cartera de préstamos del Banco. El dinero de la enajenación ingresó a la Tesorería General de la Nación y el 23 de septiembre del año citado, el General aludido expidió el decreto de disolución de esta institución». BIBLIOGRAFÍA Potash, Robert A., El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846, México, FCE, (Sección de Obras de Economía), 1959, 281 pp. Memoria Presentada al Congreso de la Unión por el Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Colonización, Industria y Comercio de la República Mexicana, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1887. Otras fuentes: Potash, Robert A. El Banco de Avío de México: El Fomento de la Industria, 1821-1846. México: FCE., 1959. 281 p. (Sección de Obras de Economía). - Sánchez Flores, Ramón. Historia de la Tecnología y la Invención de México. México. Fomento Cultural Banamex A.C., 1980. 644 pp. Tomado el 19 de enero de 2023 de: Archivo General de la Nación / Instituciones Gubernamentales: época moderna y contemporánea / Administración Pública Federal S. XIX / Fomento / https://archivos.gob.mx/guiageneral/